Cuando Gregorio López dejó su trabajo para subirse a una moto a transportar pedidos por las calles de Granada no podía ni siquiera imaginar que menos de tres años después este incipiente germen de empresa se convertiría en Mox, un proveedor logístico que factura la nada desdeñable cantidad de tres millones de euros. Pasar de poco más que una moto, ilusión y muchas tarjetas de visita a ser una de las empresas más prometedoras de Andalucía no una cuestión de suerte. Es el resultado de una ristra de buenas decisiones, un gran ojo empresarial y de una experiencia sin la que, según nos cuentan, no serían lo que son: su paso por El Cubo en la convocatoria 2017/2018. Hablamos con Gregorio López, CEO de Mox, fundador, consejero delegado y una fuente inagotable y contagiosa de inspiración.
Corría 2016 y Mox —antes Mission Box— daba el pistoletazo de salida a su andadura emprendedora: contrataron a su primer biker, Antonio Valenzuela —hoy CEO de Mox España—, y se constituyeron como sociedad con el objetivo de solicitar un préstamo ENISA que diera un poco de oxígeno a sus aspiraciones. Quiso la casualidad que Manuel Agudo, CEO de OpenWebinars, les hablara sobre Andalucía Open Future y sobre las ventajas de nuestra iniciativa. «Fuimos a conocer El Cubo y rápidamente vimos que era justo lo que necesitábamos. Hoy en día tengo contacto con muchas otras aceleradoras y, sinceramente, dudo que la visibilidad que aporta esta iniciativa se pueda conseguir en otro sitio», afirma convencido Gregorio.
Del «Tú pide, nosotros vamos» al «Tú vende, nosotros lo llevamos»: la aceleración en El Cubo
Poner el pie en nuestro espacio de crowdworking supuso un impulso irrefrenable casi desde el primer día. No hay más que mirar sus cifras: cuando fueron seleccionados gestionaban 500 pedidos al mes y operaban en dos ciudades andaluzas, Granada y Jaén. Pero el crecimiento no tardó en llegar. Decidieron aprovechar su presencia en la ciudad hispalense para abrirse camino y apuntar a su lista una nueva zona. Para finales de 2017 ya tenían presencia en ocho ciudades y habían ampliado el equipo a una veintena de empleados.
«En El Cubo aprendimos a ver las oportunidades, a centrarnos en aquel crecimiento que verdaderamente necesitábamos y a hacerlo, además, de forma ordenada». Así fue como, aún acomodándose a la nueva etapa en nuestro espacio de crowdworking, dieron ya un paso determinante para el devenir de su negocio. Esta startup que ya acumulaba miles de kilómetros transportando entregas entre distintos puntos de las ciudades, tuvo la habilidad y el ingenio de saber «llevarse» a ellos mismos en un trayecto rumbo al éxito del que aún no se han bajado. Lo tienen muy claro: pivotar hacia el B2B fue la llave que abrió las puertas de su éxito como empresa.
«El equipo de profesionales de El Cubo comenzó a medir muy bien todas nuestras acciones y a instarnos a hacer pruebas. Yo conocía el dato de los pedidos que hacíamos, pero no sabía que se podía extraer esa gran cantidad de métricas que nos enseñaron a observar». Fruto de esta fase de análisis percibieron que la parte del negocio enfocada a gestionar envíos de terceros era «arrolladora», incomparablemente superior a la actividad generada por su propio market. La decisión, nos cuenta Gregorio, estaba clara.
Coincidiendo con la entrada en nuestro programa se produjo la incorporación de Tom Horsey como socio inversor, un impulso que supuso una inyección de 75.000 euros para esta startup que ya comenzaba a ver los frutos de la aceleración. La experiencia en El Cubo estuvo cargada de oportunidades para estos emprendedores. En una de las charlas en nuestro espacio de crowdworking supieron del préstamo SOPREA, de la Agencia IDEA, con el que obtuvieron 350.000 euros y que les ha valido para que la propia Junta de Andalucía sea socia de Mox. Todo un sello de calidad para una empresa de calidad.
Mox comenzaba a abrirse al mundo y el mundo no tuvo más remedio que abrirse a Mox. Entre estos dos hitos de inversión se produjo una ronda de financiación en la que obtuvieron 500.000 euros, un gran impulso con el que pudieron dar el salto a la firma de acuerdos con diversos partners, expandir su mercado fuera de la región andaluza y alcanzar la veintena de ciudades desde las que poder operar.
Gregorio López recuerda con mucho cariño sus meses en El Cubo, una experiencia empresarial y vital que «te abre todas las puertas del mundo». Destacan la labor de Nacho y Juanje, los directores, y de mentores como Javier Díaz: «Teníamos problemas a nivel de equipo y Javi siempre nos sacaba de los fangos en los que nos metíamos», nos cuenta entre risas el CEO de Mox. «De Pilo Martín aprendí a hablar sobre un escenario, a levantar dinero a través de un pitch». Esta startup tiene un largo historial de eventos a sus espaldas, encuentros empresariales en los que los que suelen tener que hacer malabares con la agenda para poder sentarse con todos los inversores seducidos por su negocio. Han participado ya en dos ediciones del Investor Day, nuestro gran evento de inversión: «La primera vez que fuimos fue una mezcla de tensión, porque necesitábamos el dinero, y diversión. La segunda vez ya solo fue diversión».
Mox, una empresa de logística… y mucho más
Con 3 millones de euros de facturación en sus arcas, 1.100 empleados en plantilla y una actividad frenética, esta startup de El Cubo no conoce los límites. Nos cuentan que están muy cerca de ser rentables, algo que calculan que podría producirse para mitad de 2019. De hecho, en la última ronda de inversión han cerrado nada menos que 1.750.000 euros. Con presencia en 52 ciudades, si algo es Mox es una empresa de volumen. Y una empresa con presencia en toda España no puede tener miedo a la competencia: «En el fondo, no importa que existan competidores porque, una de dos: o se alían contigo, o no son competidores. Tenemos subcontratada a parte de la competencia, así que hemos convertido a nuestros competidores en aliados», afirma Gregorio.
Sus mentes funcionan a mil por hora, sin parar de pensar ni un solo instante cómo mejorar, cómo abrirse a nuevas líneas, cómo arrancar nuevas iniciativas a cual más innovadoras. Esta actitud es la causante de que estén invirtiendo en startups también del sector logístico que hagan las veces de un departamento de I+D. Y no solo eso. Después de implantar una ETT para gestionar la demanda de moteros, con CEO y equipo propio, se han dado cuenta de que un 60% de su millar de trabajadores solicita un adelanto de la nómina en torno a los días 20 de cada mes, por lo que han pensado en crear una especie de spin-off que, a través de blockchain, gestione estas peticiones. Un banco dentro de un gigante logístico.
El espíritu emprendedor de Mox no tiene frenos ni cortapisas. No paran de marcarse nuevos objetivos hacia los que mirar. También tienen por delante el desafío de poner en pie una iniciativa de entrega organizada de food delivery, una suerte de «nave nodriza» que vaya dando vueltas por las ciudades y recogiendo pedidos. Y, hablando de comida, otro de los planes que tienen estos emprendedores en el horizonte es un marketplace de comidas caseras. ¡Nos morimos de ganas de conocer sus próximos avances!
¿Un consejo para quien esté planteándose presentarse al #RetoAOF? «Que no se lo piensen, que no piensen nada y que digan que sí. Si yo no hubiera pasado por El Cubo mi empresa no estaría como está, porque mi pensamiento era totalmente distinto. Aquí hemos pasado de ser una startup que no hubiera funcionado a ser una empresa de éxito».