«La Farola nos ha transformado». El crecimiento de genengine y el salto hacia una nueva línea de negocio

Independientemente del sector al que se dediquen, todas nuestras startups tienen algo en común: su capacidad de hacernos la vida más fácil, de diseñar soluciones para mejorar algún aspecto de nuestra vida. Sin embargo, de todos los campos en los que innovan nuestras empresas, hay un área concreta en la que esta labor se torna más determinante, más notable. Se trata del ámbito médico, donde destacan equipos como el compuesto por Ana y Daniel Medina, hermanos, cofundadores y, respectivamente, CEO y CTO de genengine. Desde que entraron en La Farola su trayectoria no ha hecho más que ascender como impulsada por propulsión espacial. Hace unos meses os contábamos que su aplicación para luchar contra los retrasos en los diagnósticos de enfermedades raras estaba lista para su funcionamiento. Desde entonces hemos podido conocer más buenas noticias, como que acaban de recibir un nuevo aliento inversor con el que van a desarrollar una nueva herramienta y a ampliar su equipo de trabajo hasta alcanzar los seis miembros.

genengine avanza imparable por dos caminos empresariales paralelos. Por una parte, están inmersos en la comercialización de su aplicación para el diagnóstico de enfermedades raras. Ya están recibiendo los primeros acercamientos empresariales y a punto de arrancar con el primer piloto con dos hospitales privados de Málaga. Pero no saben lo que significa conformarse: el espíritu innovador de este equipo malagueño no conoce límites y han aprovechado este nuevo empuje en sus finanzas para lanzarse a una segunda línea. Van a comenzar a desarrollar una aplicación, esta vez en el ámbito oncológico y no tan enfocada al diagnóstico, sino al tratamiento dirigido y a la terapia. Todo ello sin abandonar la rama que constituye la esencia de esta startup y su propio nombre, la genética.

genengine abre una nueva línea de negocio en oncología

«Este impulso inversor ha sido fundamental, ha llegado en el momento perfecto. El mercado oncológico va muy rápido y había que entrar en él lo antes posible», nos cuenta Ana Medina, CEO de esta startup de Málaga. Crecer es ir cerrando etapas, cumpliendo objetivos y marcando nuevos horizontes en el mapa emprendedor. Una vez que han terminado el desarrollo de su primera herramienta y trasladando la misma tecnología y motor de la misma, se disponen a desarrollar una aplicación muy intuitiva, que aúne todos los datos de investigación existentes y que ayude a los médicos a determinar qué análisis genéticos y tratamientos se adaptan mejor. Hablamos nada más y nada menos que de futuro: medicina personalizada para el cáncer.

«Esta solución está enfocada a las empresas biomédicas, como los laboratorios de diagnóstico, a quienes interesa mucho este tipo de avances porque colaboran en la optimización de sus procesos. Actualmente se genera una gran cantidad de datos y hay que convertirlos en información útil». Aunque existen algunas herramientas de selección de terapias óptimas para el cáncer, el enfoque de genengine resulta pionero. «Lo que ya existe son propuestas muy técnicas, enfocadas a la investigación a los científicos. Queremos crear una aplicación muy intuitiva, para médicos no tan formados en el campo de la genética», nos explican visiblemente ilusionados.

El impulso de La Farola

Desde que fueran seleccionados para acelerar su empresa de biomedicina en nuestro espacio de crowdworking malagueño, genengine ha ido dando zancadas en su estela empresarial. «La Farola nos ha transformado. Si no hubiéramos estado aquí no habríamos conseguido esa inversión y mucho menos tan rápido. En un año hemos evolucionado muchísimo. Hemos partido de cero. Hemos pivotado y hemos conseguido muchos hitos». En la aceleración de esta empresa malagueña ha sido determinante la rápìda obtención de capital gracias a los contactos proporcionados por nuestra iniciativa. Así fue como lograron un primer socio que invirtió capital semilla y que les ha conducido a este segundo socio que no solo les aporta inversión, sino también contactos y clientes, ya que ha invertido en muchas empresas del sector.

Estos emprendedores son un ejemplo de determinación y de actitud innovadora. También de pasión por lo que hacen. «Esperamos que nuestra primera aplicación tenga mucho éxito. La media de diagnóstico de enfermedades raras es de cinco años y nos hace ilusión conseguir reducir este tiempo con nuestro trabajo». ¿Un plan para 2019? Ana Medina no titubea: «Desarrollar nuestra segunda aplicación y estar comercializándola antes de que acabe el año». ¡Estamos convencidos de que lo conseguirán!

Comparte la noticia:Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on Facebook
Facebook
Share on LinkedIn
Linkedin