El CFO y el CAO: las C detrás de las finanzas de una empresa

Gestionar una startup tiene mucho que ver con moverse entre números. La correcta gestión financiera es el pilar sobre el que se asienta la administración de los recursos, clave para asegurar que estos sean suficientes para hacer frente a los gastos. Detrás de la gestión de los fondos económicos hay cabezas pensantes capaces de orientarse y de hacer pie en un mar de cifras, porcentajes y tablas, sabiendo llevar la empresa por la buena dirección o virando con rapidez cuando es errónea. En nuestro blog ya hemos profundizado en otras ocasiones sobre algunas de las grandes C que llevan las riendas de una empresa: el CEO, el COO, el CTO y el CIO o las C encargadas de la estrategia de marketing. Ahora le toca el turno a las C que están detrás de que cuadren las cuentas de las empresas: el Chief Financial Officer (CFO) y el Chief Accounting Officer (CAO).

El CFO, máximo responsable financiero

Aunque el CFO y el CAO puedan representar roles aparentemente similares, existen diferencias sustanciales entre ellos. Para empezar, el CFO es la mano derecha del CEO. Más que un experto en finanzas, actúa como socio estratégico del Chief Executive Officer, guiándole en cada momento por la senda económica más conveniente y ayudándole a comprender el estado financiero en el que se encuentra la compañía. El Chief Financial Officer es, por tanto, la persona con más responsabilidad dentro del departamento financiero de una empresa. En sus hombros recae el peso de la estrategia económica global, siempre manteniendo una perspectiva macro y una visión de conjunto del total de la organización. Su día a día está plagado de términos como presupuestos, créditos o cash flow. Su función es decidir sobre la inversión y la financiación más convenientes para la empresa en cada momento, siempre muy atento a las tendencias predominantes en el mercado.

Además de planificar y dirigir la estrategia financiera de la empresa, el Chief Financial Officer es quien ostenta la máxima responsabilidad en lo que a inversiones se refiere: analiza la viabilidad económica de las operaciones teniendo siempre en mente una meta, llevar lo más lejos posible los beneficios de la organización. Como cargo más elevado del área financiera, entre sus funciones también figura presentar los resultados de forma periódica al CEO.

La contabilidad de una empresa, en manos del CAO

El CFO no está solo en la gestión de las cuentas: a su lado llevando la batuta está el Chief Accounting Officer (CAO), que supervisa todas las funciones de contabilidad, controlando que todos los libros, declaraciones financieras y sistemas de control del coste funcionen de manera correcta. Mientras que el CFO trabaja con una perspectiva más de conjunto y con una visión proyectada más a largo plazo, el trabajo del jefe de la contabilidad está más anclado a la gestión del día a día, cerciorándose de la correcta aplicación de la legalidad vigente a nivel local, regional y estatal.

Asimismo, el Chief Accounting Officer vela por la correcta ejecución del presupuesto de la empresa y se asegura de que todas las operaciones en las que la organización se embarca en el día a día queden correctamente registradas, llevando un control continuo de las actividades contables de la empresa. La importancia de esta figura no deja de crecer: en los últimos 10 años se ha producido un incremento del 40% en la presencia de este cargo en los organigramas de todo el mundo.

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