Esco Eficiencia: medir y analizar como sinónimo de crecimiento y expansión

Puede parecer redundante o una obviedad, pero el objetivo principal de una aceleradora de startups es que los emprendedores aceleren su negocio y reduzcan los tiempos de crecimiento y expansión. Cuando la aceleración es real, como bien ocurre en nuestros espacios, y cuando los emprendedores son despiertos y saben aprovechar todas las oportunidades que se les brindan día a día, la aceleración puede significar un gran salto horizontal, un avance imparable que conlleva una inercia con la que rodar de forma consistente en la vorágine de un mercado global.

Así nos lo ha transmitido Ana Vallejo, CEO de Esco Eficiencia Energética, una startup acelerada en La Farola que ofrece soluciones para utilizar de forma eficiente la energía de los consumidores con el fin de disminuir la huella medioambiental y de ahorrar costes gracias también a una disminución del consumo y una mejor gestión de la energía.

La emprendedora explica cómo uno de los grandes avances que han tenido desde su entrada en La Farola ha sido el desarrollo en tecnología y en software. «Como actividad combinábamos tareas del sector tradicional y tareas de la eficiencia energética. Decidimos hacer una integración de la empresa dividiendo responsabilidades y operativa y pudiendo centrarnos en la eficiencia energética y en el desarrollo de sus componentes».

 

Equipo de Esco Eficiencia

Ana Vallejo nos cuenta cómo una de las claves de crecimiento y consolidación ha sido la automatización de procesos al desarrollar el software, como parte de una propuesta de valor para el análisis de la energía y para la respuesta que querían dar a sus clientes.

Sin embargo, para poder obtener los datos, las soluciones que ofrecía el mercado no eran soluciones integrales y decidieron desarrollar sus propios hardwares. «Nuestro siguiente reto es mejorar nuestros equipos. La instalación es compleja y necesitamos perfiles especializados. Ahora estamos buscando cómo conseguir que sean más pequeños, de más fácil instalación y que no dependan ni de la electricidad ni del wifi para su funcionamiento».

El punto de inflexión: la aceleradora de Málaga

Ana Vallejo destaca que el crecimiento ha sido constante, aunque no ha estado exento de dificultades. «Desde que hemos entrado hemos estado creciendo, pero por operativa nos hemos visto obligados a que fuera orgánico y residual. Gracias a la automatización de procesos, hemos reducido la carga de trabajo».

Otro de los problemas que han encontrado en el camino ha sido el tratar de incorporar talento especializado en esta área, muy escaso, casi inexistente en estos momentos.

«La automatización nos permite poder abarcar mucho más mercado, tener una respuesta más temprana y mucho más eficiente»

Las cifras avalan su trabajo: 300 clientes y un millón y medio de euros como resultados del pasado 2018. En este tiempo de crecimiento han recibido el apoyo de instituciones financieras que les han facilitado instrumentos gracias a los que han podido seguir avanzando.

De cara al futuro, la emprendedora asegura que tienen objetivos claves a corto y medio plazo. En concreto, quieren trabajar en profundidad el desarrollo de sus marcas personales, así como el branding empresarial. Igualmente, necesitan sistematizar y profesionalizar las operativas de la empresa. «Eso implica tener una proyección estratégica de cómo queremos crecer, dónde queremos estar».

Vallejo asegura que ahora los clientes confían en ellos ─y que la confianza ha sido un factor fundamental de crecimiento─, pero que no siempre ha sido así. «Al principio nuestra forma de trabajar era tan innovadora que generaba desconfianza en los posibles clientes, pero sin duda nuestro crecimiento se ha basado en gran parte en esa confianza que necesitábamos de ellos».

El escepticismo radica en que hace falta un primer año de análisis para, posteriormente, implantar las medidas oportunas y empezar a generar ahorro. Se trata de una barrera cultural que supone un hándicap. «Algunos primeros clientes empezaron con una empresa de prueba y cuando han visto cómo trabajamos han depositado toda su confianza. Así ha empezado el boca a boca, que demuestra que estamos haciendo el trabajo bien».

Ana Vallejo considera que gracias al apoyo recibido desde La Farola han avanzado «con una velocidad que no hubiera sido posible de otra forma». Y sentencia: «trabajamos mucho y las respuestas tenían que llegar, pero hemos ganado en perspectiva; se nos ha hecho pensar en grande, en expansión, en tomar decisiones organizadas, estructuradas y que den respuestas no solo en el día a día, sino en el horizonte que nos vamos marcando como empresa».

Así crece una buena startup que sabe aprovechar los innumerables recursos de una aceleradora.

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