Cómo generar una idea de negocio con Design Thinking

Si queremos que nuestra idea de negocio destaque y tenga éxito es necesario que tengamos en cuenta la opinión y las demandas de nuestro público objetivo. Cuáles son sus características, cómo compran, qué les gusta, qué necesitan, cómo satisfacen sus necesidades, etc… Es ahí donde nace la metodología Design Thinking, idónea para impulsar una idea de negocio. ¿Su secreto? Permite conocer a las personas y convertirlas en el centro de nuestra estrategia.

Crear una idea de negocio con Design Thinking hace posible crear un producto o servicio anteponiendo la opinión de los usuarios desde una fase inicial. De principio a fin, esta técnica nos permitirá diseñar una idea de negocio estable y potente.

Etapas para generar una idea de negocio con Design Thinking

Como toda técnica, si queremos ponerla en marcha y obtener buenos resultados es necesario que sigamos un procedimiento. Podemos hablar de seis etapas:

Entender al cliente

En primer lugar, tendremos que tener en cuenta la opinión de nuestros clientes potenciales y sus necesidades. En concreto, deberemos hacer frente a cuestiones como:

  • Características demográficas: edad, sexo, nivel de estudios, etc.
  • Gustos y preferencias
  • Motivaciones y objetivos en la vida
  • Hábitos, hobbies y rutinas

Esta información nos llevará a crear un mapa de empatía: qué ve, qué dice, qué oye, qué piensa y qué siente nuestro cliente potencial. Nos ayudará a definir los esfuerzos que lleva a cabo y los beneficios que esperan obtener estos usuarios.

Encontrar las necesidades de nuestro target

Nuestro target lo constituyen aquellas personas que tienen una alta probabilidad de ser nuestro consumidores en un futuro. 

Una vez que hayamos identificado cuál es su perfil, lo más conveniente es que seleccionemos algunos de los problemas y necesidades que nuestro cliente pueda tener y alinearlos con nuestros propios objetivos empresariales. 

Lo ideal no es quedarse con todos, sino con aquellos problemas más relevantes y necesidades más específicas.

Idear soluciones

En la fase de idear soluciones, determinante en el proceso, tendremos que hacer un gran esfuerzo a la hora de mostrar nuestra mayor parte creativa. Esta será la puerta que nos lleve a proponer soluciones a los problemas que anteriormente hemos planteado.

Una técnica que se suele usar mucho en esta fase es la del brainstorming o lluvia de ideas. Se trata de una técnica grupal cuyo objetivo es generar ideas sobre un determinado tema o problema concreto, tratando de generar para ello un ambiente relajado y creativo.

El brainstorming propicia que los ambientes no sean rígidos ni cerrados y ayuda a dar diferentes posibles respuestas a un mismo problema. De esta forma evitamos quedarnos con el primer planteamiento que hagamos y no desechar ninguna propuesta, por alocada que pueda parecernos (ya que podría dar lugar, al final, a nuevas ideas).

Le dedicaremos tanto tiempo como haga falta: no es normal que a la primera salga una solución perfecta a la cuestión planteada. Por eso es crucial que tengamos ideas y puntos de vista de diferentes personas. Trabajar en equipo en esta fase es fundamental.

Testear, testear y testear

Cuando hayamos planteado diferentes ideas y hayamos escogido una de ellas, es hora de testearla. Lo ideal es que seleccionemos una muestra de nuestro público objetivo, nos pongamos en contacto con ellos y les hagamos probar nuestro producto o servicio (la idea de negocio).

El feedback que recibamos es muy importante: nos permitirá conocer en qué hemos fallado y en qué necesitamos mejorar nuestra idea de negocio. Lo habitual es que no todo salga perfecto en un primer momento, tener fallos es lo habitual, por ello existe esta fase.

Es necesario repetir la fase de testeo tantas veces como mejoras necesite nuestra idea. Esto lo tendremos que determinar nosotros mismos: cuantas más veces testeemos la idea y le demos una vuelta, más podremos perfeccionarla. Tampoco es aconsejable que nos obsesionemos con mejorar lo inmejorable. Lo sencillo es, a veces, lo más eficaz.

Hacer nuestra idea realidad: el prototipado

En esta fase nos tocará convertir nuestra idea en algo real. Es decir, deberemos traducirla en un producto tangible o digital.

Para ello, podemos crear un producto básico, de bajo coste, que no suponga grandes esfuerzos y cuya fabricación no implique muchos recursos. Eso sí, se deben satisfacer las necesidades que planteamos en fases anteriores (aunque sea solo un prototipo). 

Es necesario anteponer las necesidades de nuestro público objetivo para poder dar soluciones eficientes.

Evaluación del prototipado

Cuando ya hayamos procedido al prototipado de la idea, la siguiente fase será la de evaluar el producto que hayamos creado. 

Igual que sucedía en la etapa de testeo, en esta tendremos que tener en cuenta la opinión de los usuarios acerca de nuestro producto. No obstante, en esta ocasión, no se tratará de una mera idea, sino de un prototipo ya montado.

En este punto toca aceptar todas las críticas (buenas y malas) para que podamos incorporar las mejoras y optimizaciones en base a estas recomendaciones. Por ello, es aconsejable que el prototipo se entregue junto a un cuestionario de evaluación en el que el usuario indique qué aspectos le parecen bien y cuáles encuentra mejorables.

Si resulta que nuestro producto no tiene nada positivo o, por el contrario, no presenta ningún margen de mejora, deberíamos preocuparnos, ya que en ambos casos algo está fallando. Tenemos que tener críticas buenas y malas. Si no tenemos de alguna, algo falla.

Con esto habríamos llegado al fin del proceso de Design Thinking. Sin embargo, esto no quiere decir que hayamos terminado: podríamos profundizar más en alguna de las fases de este proceso, para mejorar la idea o darle un giro, y seguir tratando de conocer lo mejor posible a nuestro target, ya que sus necesidades podrían cambiar y nuestro producto o solución debería adaptarse a las mismas.

¡Esperamos que estos consejos te hayan resultado de utilidad! En nuestro equipo de mentores contamos con diversos expertos en estrategia y validación de negocio —como Álvaro Pareja o Miguel Macías—, que podrán acompañarte a lo largo de este importante camino.

Comparte la noticia:Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on Facebook
Facebook
Share on LinkedIn
Linkedin