«Desde siempre hemos tenido el empuje de trabajar en visión artificial y queríamos constituir nuestra propia empresa». Entrevista a Ines Optics

Su solución no es de las que podamos ver normalmente en el mercado. Trabajan con visión artificial y su potencial es tal que es difícil ser conscientes de hasta dónde pueden llegar. Son los emprendedores que pusieron en marcha Ines Optics, una empresa que dirige su producto a la industria y la producción, pero que no cierra ninguna puerta.

Especialistas en óptica e iluminación, son capaces de hacer un producto completo e integrado que quieren pulir y dejar listo al completo para ser potentes en el mercado. Ya cuentan con clientes y colaboradores. Ahora solo les falta crecer, y para eso El Cubo les está ayudando. Nos lo cuenta mejor Manuel Smolčić.

¿Cómo se define Ines Optics en una sola frase?

Es una empresa de visión artificial dedicada en su núcleo para la industria y la producción, aunque tenemos algunas excepciones, por ejemplo en I+D, pero lo que nos define es la industria y la producción.

¿Qué es la visión artificial?

Es una tecnología multidisciplinar que tiene tanto parte de la óptica y de la física, y para definir más la óptica en sí y la iluminación, porque un sistema de visión artificial está compuesto por un hardware específico, que son ópticas que se eligen adaptadas a la necesidad y a la problemática, y la iluminación tiene que ser elegida con sumo cuidado para poder afrontar una problemática concreta. La otra disciplina es la informática aplicada para el tratamiento de imágenes.

Nosotros somos expertos tanto en óptica e iluminación como en la informática.

¿Qué hace exactamente Ines Optics? Un ejemplo práctico.

Nuestro trabajo es solventar problemáticas de producción, de tal manera que le ofrecemos al cliente un control 100% de la línea de producción. Un caso práctico sería, por ejemplo, una empresa que se dedica a la producción de tapones. Con la velocidad a la que van las máquinas, un ojo humano no es capaz de poder afrontar la tarea de inspección al 100%, sino que lo que suelen hacer inspecciones esporádicas o de una muestra para verificar cómo ha ido el día de producción, y de ahí sacan unos valores de calidad. Pero los clientes cada vez más exigen un control exhaustivo para evitar que se cuelen defectos en sus productos, y ahí es donde entraría Ines Optics.

Le ofrecemos a la empresa que realiza esa producción un control 100% que, además, tiene la posibilidad de tener un histórico y unos inputs que, aparte del control de calidad, le da también un feedback de la producción y de cómo está funcionando el día a día de la fábrica.

¿Cuál es el target de vuestras soluciones?

En la mayoría de los casos son fabricantes de maquinaria. El cliente final podría ser una empresa que se dedica a producir tapones o botellas, y para facilitar el trabajo le piden al fabricante de la maquinaria que realiza esa producción que incluya ya también la inspección. En la mayoría de los casos esos fabricantes de maquinaria no tienen un departamento de visión artificial y delegan este trabajo a empresas como Ines Optics.

Las empresas que suelen colaborar con Ines Optics son fabricantes de máquinas, que más adelante deriva en un productor que utiliza el software de Ines Optics con todo el hardware para su inspección y para verificar toda su producción.

¿Cómo nace la idea?

Ines Optics como tal se constituyó en 2017. Lo que pasa es que nace de una colaboración entre José Amador, que es el fundador de Ines Optics. Roberto Aguilar y yo nos conocemos mucho antes, y poco a poco nos hemos ido aproximando hasta crear Ines Optics.

Los tres tenemos una experiencia acumulada de casi 10 años, y hemos estado juntos también en empresas que trabajaban con visión artificial; de hecho yo estoy licenciado en visión artificial por la Universidad de Darmstadt. Desde siempre hemos tenido el empuje de trabajar en visión artificial, y como hemos coincidido en varios trabajos, queríamos constituir nuestra propia empresa porque muchas veces no hemos podido llevar a cabo ideas que hemos tenido al estar ligado a una empresa con otros objetivos y otras ideas.

Veíamos claro que lo que queríamos es avanzar en otra dirección y es lo que estamos ahora haciendo. Entrar en El Cubo nos ha ayudado muchísimo porque nos aclaran un poco cosas en las que no somos expertos y nos ayuda a mejorar partes como gestión interna, el mundo empresarial… Nosotros somos ingenieros y lo que sabemos es muy técnico, pero una empresa son más cosas. Ahora vamos perfilando, con la ayuda de los mentores, los detalles que necesitamos para progresar como empresa.

¿Por qué decidisteis aplicar al Reto?

José era el que siempre empujaba en esa dirección. Hace un año conoció a algunos mentores, que veían muy interesante la idea que tenemos y le veían mucho futuro y posibilidad de progresar. Ellos le ofrecieron participar y nos pareció una buena idea porque, evidentemente, sabíamos la problemática que tenemos, que no es técnica, sino más bien de gestión, y sabíamos que nos iban a ayudar mucho en ese sentido.

Ahí es donde queríamos focalizar nuestra participación aquí. Aunque hay que decir que nosotros tenemos una idea para un producto propio, y que también ahí nos pueden aportar mucho para la solución que estamos diseñando. Nuestro núcleo es el software que estamos desarrollando, y para poder entrar en un cliente y colaborar con él, son muchas cosas las que quedan pendientes de la maquinaria, la parte electrónica, la mecánica… Pensamos que sería interesante evitar tener que colaborar con tantas empresas y podríamos hacerlo si tuviéramos nuestro propio producto: no solo el software, sino también todo el hardware, en una caja que al final lo pueden instalar más fácil, y que tenga la conectividad necesaria para poder trabajar en una línea.

Y eso es también una parte del proyecto que tenemos aquí en AOF. Ese es el objetivo que, aparte de aprender, sería interesante terminar aquí.

¿Sabéis cómo se va a llamar? ¿Nos podéis adelantar algo?

Qué va. De hecho nos están empujando mucho en ponerle nombre, porque nosotros, el software que está desarrollado lo incluimos en todos los presupuestos, pero realmente nunca le hemos dado un nombre. Y está bastante avanzado, es muy robusto, lleva ya 8 años en distintas empresas a 24 horas, y tiene una solvencia ya bastante grande.

Estamos muy orgullosos de él, pensamos que es muy versátil, pero nunca le hemos dado un nombre. Nos han echado un poco la bronca en ese sentido. Debemos ponerle un nombre y darle valor, que eso se nos ha escapado.

¿Cómo puede mejorar una empresa del sector agroalimentario con el servicio de Ines Optics?

El cliente final no es la empresa agraria, sino que sería una empresa que tenga ya automatizada parte de un proceso y nosotros le incluimos la inspección y aportamos un valor añadido a una solución que ya existe. En realidad, en la mayoría de los casos, nuestras colaboraciones son de esa manera.

Por ejemplo, para una empresa que tiene mesa de selección, es decir, a personas seleccionando, automatizamos este proceso o le añadimos un sistema que aporte algo a las personas que trabajen en esa línea. Pero también hemos trabajado con empresas que tienen recolectores y necesiten una mejora o quieren añadir, por ejemplo, un guiado de un brazo.. Soluciones de este estilo podemos aportar.

No sería directamente al cliente final, sino sería en colaboración con otra empresa para constituir un proyecto o producto y ofrecer un servicio más en la digitalización de la empresa.

Manuel Smolčić
Manuel Smolčić

¿En qué momento os encontráis en la actualidad?

Ines Optics ya empezó con clientes ─por suerte o no, no lo sabemos─, y desde 2017 hemos realizado proyectos de diferentes índole (de I+D, en colaboración con otras empresas…), totalmente por iniciativa de Ines Optics. Eso quiere decir que contamos con clientes que nos han comprado ya dos o tres soluciones, pero aparte de eso tenemos también un abanico de colaboradores con los que realizamos proyectos.

Así que ya veníamos con una cierta solvencia como empresa, pero nos gustaría a corto plazo mejorar el engranaje del funcionamiento de Ines Optics: la estructura, el funcionamiento interno y también ─y esa es la meta final de este proyecto─ tener un producto ya acabado, que no sea solo el software, sino un producto que nos permita mejorar los procesos, los márgenes, los tiempos… mejorar en todos los ámbitos un poco para que crezca la empresa.

Preferís vender entonces un producto físico completo que un software.

Claro, a la hora de realizar el proyecto, aparte de necesitar el software, la ingeniería, que es trabajo, tiempo y dinero y queremos optimizar eso. Queremos salir de aquí con una optimización tanto en funcionamiento como en tener un producto que haga que la ingeniería disminuya. Todo está muy embebido y el cliente al final se ve más atraído por un producto así.

Es una problemática que nosotros vemos, que un cliente que solo vea software más trabajo, no lo ve tan claro como cuando ve un producto con un soporte.

¿Qué os está aportando vuestra aceleración en El Cubo?

Nos aporta un punto de vista muy diferente. Nos aporta iniciativa, mucha reflexión, mucho empuje que nos hace tomar las riendas de problemáticas que nosotros ni conocíamos, pero que nos han hecho ver y saber por dónde tenemos que empezar para mejorar todo lo necesario para funcionar bien.

¿Qué es lo mejor de El Cubo?

Son varias cosas. Nosotros éramos muy reacios al principio, pero realmente nos ayuda a que el trabajo sea más liviano, aunque creíamos que nos iban a distraer mucho. Pero es más liviano porque estamos trabajando en una solución y cuando nos quedamos atascados, podemos tomar aire y compartir la experiencia con otras personas de las que al final acabas aprendiendo muchísimo. Nos aporta mucho en ese sentido.

Y luego los mentores, que cada vez que hablas con uno de ellos, que son espectaculares, nos dan puntos de vista y tareas que, al final, lo que hacen es aportar. A mí me sorprendió gratamente en este tiempo que llevo aquí.

¿Adónde quiere llegar Ines Optics con este acelerón aquí en El Cubo?

A ser una empresa que por su propio pie puede solventar toda la problemática empresarial y contar con un equipo de cinco o seis personas con la solvencia que tenga Ines Optics, que ese sería nuestro principal hito: contar con un equipo que pueda vivir con esa idea, no solo los tres locos que la hemos empezado.

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