«Abriendo ventanas pasan cosas estupendas». #CharlasAlCubo con Carlota Mateos

Hay personas que son un torrente de inspiración. Personas que portan un bagaje de anécdotas, relatos y testimonios que activan los resortes de la imaginación y que provocan en todo aquel que las oye unas inmensas ganas de crecer. Carlota Mateos, cofundadora de Rusticae y PlenEat, es una de esas personas. Desde 1996 es todo un ejemplo de emprendimiento, de ganas, de esfuerzo, de determinación sin fronteras.

El 23 de marzo retomamos las Charlas al Cubo con la presencia de esta emprendedora ante una abarrotado Open Space. El evento, presentado por Nacho Morales ─director de El Cubo─, contó con la colaboración de Victoria Cabrera, una de nuestras mentoras, especialista en comunicación y relaciones públicas, que condujo la entrevista. Tras el evento, muchos asistentes se quedaron un buen rato haciéndose fotos y hablando con Carlota, que además firmó en el Panel de Firmas del espacio de crowdworking.

Rusticae nació como nacen a veces las mejores cosas de la vida: por casualidad. En un aeropuerto, un día cualquiera, Carlota conoció a Isabel Llorens, la que sería su socia y amiga durante 23 años. Con 19 años, ambas se pusieron al frente de un hotel de Asturias, propiedad de sus padres, con más ilusión que medios. «Vimos una oportunidad de crear una marca hotelera que aglutinase a los mejores hoteles de turismo rural en España». Hicieron un plan de marketing de cuatro páginas y, para su sorpresa, sus padres dijeron que sí. Ellos ponían la hipoteca y ellas, la gestión y el riesgo.

La aventura de empezar desde cero

Carlota define su experiencia al frente de Rusticae como un proceso de reinvención permanente. «Una empresa es un ser vivo y estás obligado a estar evolucionando continuamente, sobre todo cuando eres una empresa de corte tecnológico», explica. Se embarcaron en la transformación digital de la empresa, reinventándose al tiempo que todo se reinventaba. Antes de la comodidad del clic y las ultrarrápidas conexiones wifi de la actualidad, un teléfono para cualquier gestión y un ordenador para ambas socias fueron todas las herramientas con las que contaron en sus inicios. Hoy están en 16 países y son un referente internacional en turismo rural.

«A los cinco años nuestro proyecto seguía sin ser viable»

«Lo que hicimos fue convertirnos en esa especie de hada madrina que te trae lo que tú no tienes. Con un poquito que pagaba cada uno conseguíamos hacer un presupuesto interesante para darles un servicio de valor». En este proceso de transformación y adaptación permanentes también hubo baches. «A los cinco años nuestro proyecto seguía sin ser viable, porque habíamos empatizado tanto con los clientes, los hoteleros, que pusimos el precio de nuestro servicio muy bajo. Nos daba cosa que no pudieran pagarlo», contaba. En ese momento, entraron en crisis. Todo se derrumbaba: el ánimo, las ilusiones depositadas y la certeza de saber qué hacer.

Carlota Mateos

Solo vieron una solución, aunque conscientes de lo que su decisión podría significar: incrementar en un 125% las cuotas para los 80 hoteles que, entonces, formaban parte del proyecto. Carlota e Isabel optaron por la sinceridad, por contar a sus clientes lo que ocurría. 60 de los 80 hoteles que componían Rusticae dijeron que sí.«La gente ante la transparencia y las cosas bien razonadas suele entender», afirmaba Carlota.

PlenEat: la siguiente parada

Tras 23 años trabajando día a día con su socia, compartiendo los mismos metros cuadrados, Carlota cuenta cómo comenzó a sentir que no quería jubilarse con la misma empresa que fundó cuando tenía 20 años, que quería abrir una ventana en busca de nuevas opciones. «Si uno no abre ninguna ventana, no pasa nada, pero si uno la abre pasan cosas maravillosas», afirmaba.

En este segundo gran cambio de su vida también entró en juego el azar. O más que azar, algo parecido a la magia. Reservando un hotel con encanto en Portugal para pasar unos días con su familia, se levantó un momento de su sitio y, cuando volvió, en la pantalla apareció un hotel de Cuenca. En ese momento no imaginaba que algo maravilloso estaba a punto de ocurrirle. Hablando con el dueño del hotel en el salón del hotel, este le contó que tenía un proyecto: revitalizar la vida en el campo a través del aumento del consumo de comida ecológica. Quince minutos le bastaron para decidir que quería ser su socia. Acababa de nacer PlenEat, la segunda empresa confundada por Carlota.

PlenEat se dedica, desde hace un año y medio, a llevar comida ecológica a las empresas desde una cocina central. Suministran menús del día, desayunos y expositores de takeaway. Además, ahora han lanzado otra línea de máquinas y servicios de catering. La empresa tiene un triple impacto social: llevan salud a la ciudad, colaboran a fijar población rural en zonas en vías de despoblación y cuidan el planeta.

Emprender desde los ideales

Carlota cree en el emprendimiento basado en una serie de principios. «Aparte de ser emprendedora, abogo por la brecha de género, la sostenibilidad medioambiental y la escasez de agua». Solo a través de estos tres retos seremos capaces de cambiar el mundo, según nuestra protagonista. Esta empresaria está especialmente comprometida con la igualdad. Reconoce la existencia de un techo de cristal para las mujeres. «No digo que me encantaría que mis hijas y mis nietas no tuvieran que pasar por esto, es que lo quiero ver yo, no quiero esperar tanto», afirmaba.

Carlota Mateos

Además de estar comprometida con la igualdad de las mujeres, en Rusticae llevan a la práctica medidas reales de igualdad, como la promoción tras las bajas maternales. ¿Su principal objetivo? Potenciar el talento y ser capaces de retenerlo. Carlota y su socia son conscientes de la importancia de tener empleados felices. «Quiero gente que esté viviendo en la empresa a gusto. La gente que vive bien, rinde bien y se compromete más», explicaba.

Y, para Carlota Mateos, solo existe un camino posible. El del amor. En un giro magistral de su argumentación, esta mujer todoterreno puede llevarnos desde los episodios más terrenales del emprendimiento y sus desventuras hasta la prodigiosa fuerza incorruptible del amor. Apuesta por él y convence a la audiencia. Tan ideal y necesario para hacer del día a día como idealista y soñador. Si este camino nos conduce solo a un estrato parecido al que ella corresponde, seguro que merece la pena.

Trabajar de forma honesta, transparente y noble es, para Carlota, una de las claves del éxito. «Al final es como las relaciones personales, no tiene más misterio. Si tú eres una persona de ley, es fácil que cuando lo necesites la gente esté dispuesta a acompañarte». Y no deja de lado la importancia de una buena relación con el socio. Como muchos empresarios, Carlota e Isabel firmaron un pacto de socios con un toque muy personal. «Cuando gestionábamos el hotel de Asturias, al principio, tuvimos una discusión y estábamos muy enfadadas. Nos sentamos y decidimos que lo importante era que nuestro pacto protegiera nuestra amistad, que si había algo que le molestara a la otra teníamos en ponerlo en la mesa en 24 horas». Dos décadas después, el pacto les sigue funcionando.

Carlota Mateos

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