Cómo emprender y no morir (de miedo) en el intento

A toda persona que decide navegar en el mar del emprendimiento, antes o después, le surgen los miedos que llevan consigo esta aventura. Pero, no desesperes, con este post te vamos ayudar a que te armes de valor y sepas cuáles son los miedos más comunes, que toda persona que ha montado su propia startup seguro que ha vivido. 

1. El miedo al fracaso

El “miedo al fracaso” es el hombre del saco por antonomasia de los emprendedores (y de todo el mundo). El miedo a fallar nos persigue cada vez que nos embarcamos en una nueva etapa de nuestra vida, también al comenzar un nuevo proyecto. Pero no por ello debemos dejar que nos quite el sueño. 

El éxito siempre va a ser relativo, y se esconde en el día a día. Si sabemos apreciarlo, tenemos la mitad del camino hecho. Ser realistas, que no por ello pesimistas, nos ayudará a perseguir objetivos ambiciosos, sí, pero también alcanzables. 

¡Bendito fracaso! Henry Ford, Steve Jobs, Oprah Winfrey, Walt Disney… todos tienen un origen común lleno de fracasos, ¿qué les ha hecho escalar a lo más alto? Obtener siempre un aprendizaje del que poder partir en el siguiente intento.

2. Miedo a no estar a la altura

En todo proyecto que se empieza es normal que se genere incertidumbre. Es ahí cuando llega a nuestra cabeza la pregunta de si estaremos a la altura o no, si daremos lo que se espera de nosotros. Una cosa que hay que tener clara: salimos a un mercado de primera división, por lo que deberás ofrecer lo mejor tanto de ti como del producto o servicio  que  tengas. 

Como consejo: cree en tu idea de negocio y persigue como objetivo convertirte en experto/a de tu sector. De esta forma, conseguirás ir dando pasos y sacudiendo estos miedos. 

3. Miedo a salir de la zona de confort 

La zona de confort es el campo de batalla entre los sueños y el estancamiento rutinario. Y este enfrentamiento da mucho miedo. En nuestra cabeza empieza a sonar eso de: “Qué necesidad tengo de meterme en camisas de once varas”. Sin embargo, todo el aprendizaje que nos queda por aprovechar en nuestra vida se encuentra más allá del muro. No solo a la hora de emprender. 

Jamás encontraremos magia en la inercia. La persona emprendedora crea, innova, transforma necesidades en soluciones. Ninguna de estas acciones nacen en la rutina, sino fuera de ella. La confianza en ti mismo será tu armadura reluciente en esta lucha, así que sácale brillo, ¡y a por todas!

4. Miedo a asumir demasiados riesgos, sobre todo económicos

El vértigo económico ahoga a muchas ideas antes incluso de que estas salgan a flote. Menos mal que siempre podemos contar con nuestras queridas 3F: Family, Friends and Fools, el hada madrina de esta historia. Aquellos que vayamos donde vayamos siempre van a estar apoyándonos y apostando por nuestros proyectos. 

Empieza por el principio, por pequeñas campañas y lanzamientos. Probar a pequeña escala reduce el riesgo y nos hace pisar seguros.

5.  Miedo escénico

Llega el día de la verdad. Tienes que contar tu proyecto al cliente o un jurado, y de repente te quedas en blanco. No puedes hacer el pitch porque no te salen las palabras. 

Para luchar contra este miedo de no saber explicar el proyecto ante un público, te recomendamos (aunque pueda sonar obvio), que te aprendas el pitch, que lo ensayes ante el espejo mil y una veces. Con esto irás mucho más seguro.

Te damos unas claves para ese pitch: empieza con una pregunta, expón el problema y seguidamente la solución que has creado a ese problema, sé conciso y deja claro tu valor diferencial, termina con una llamada a la acción. Y recuerda, el inicio y el final de tu discurso debe ser lo más espectacular. 

6. Miedo a la soledad

A veces se hace difícil compartir lo que pensamos, por si los demás no llegan a comprenderlo. Sobre todo, si eres un fundador/a en solitario o si la gente de tu entorno no entiende cómo has podido dejar tu trabajo estable para hacer esta locura.

En este caso compartir tu experiencia con otros emprendedores/as puede ayudarte. Te recomendamos que formes parte de ecosistemas emprendedores, que son muchos los que existen actualmente. Un ejemplo de ellos es Andalucía Open Future.

Una vez dentro, descubrirás un mundo repleto no sólo de contactos, si no de personas que comparten tus miedos e inquietudes, que te apoyan, con los que aprendes… Todo lo que necesitas para seguir adelante y seguir ampliando tu zona de confort hacia nuevos retos.

Como último consejo para ayudarte a mejorar estos y otros muchos miedos: conócete bien, ten claras tus oportunidades y amenazas, pero sobre todo tus debilidades (para  mejorarlas) y tus fortalezas (para resaltarlas). A partir de ahí todo será mucho más fácil.

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