El valor de una empresa se mide por su capacidad a la hora de generar productos o servicios útiles que respondan a necesidades concretas de los usuarios, pero es también mucho más que eso. Resulta esencial, por ejemplo, que tenga un enfoque social. En Esco Eficiencia —del inglés ESCO, empresa de servicios energéticos—, una de nuestras startups actualmente aceleradas en La Farola, tienen claro que es necesario preocuparse por el futuro que dejamos a los que vengan después de nosotros, por eso ofrecen soluciones integrales que buscan reducir la cantidad de energía, el precio de la misma y el impacto medioambiental.
Actualmente operan en diez ciudades españolas, pero no se conforman con eso: quieren ampliar su presencia en un sector que cuenta con escasa competencia en España pero con gran éxito fuera de ella. Hablamos con Ana Vallejo, CEO de esta startup.
¿Cómo surge Esco Eficiencia Energética?
Antes de comenzar con la trayectoria de Esco Eficiencia Energética ya teníamos experiencia en el campo de la energía. Comenzamos con la gestión y la comercialización, con los trámites para el cambio de compañía. Nos dimos cuenta de que había una serie de deficiencias, que las ofertas que emitían las comercializadoras respondían más a la venta de energía que a las necesidades que el cliente tenía. Desde ese punto empezamos a proyectar cómo podíamos ofrecer una solución. Con el paso del tiempo empezaron a salir propuestas, como la de la Comisión Europea, que hablaba de un nuevo tipo de empresa que consiguiera que el consumo energético y el precio de la energía se redujesen. Nos gustó este modelo medioambiental, que además establecía un nuevo tipo de relación con el cliente y que era una propuesta de índole social.
¿Qué es Esco Eficiencia Energética?
En cuanto a su actividad, es una empresa que ofrece soluciones para ahorrar energía. En cuanto a sus valores, es una nueva forma de entender la energía.
¿A quién os dirigís y qué necesidades cubrís?
Fundamentalmente nos dirigimos a pymes y a comunidades. No trabajamos a un nivel particular, porque es muy pequeño el impacto que se produce a nivel energético. Empezamos en Málaga, después nos fuimos a Madrid, donde tuvimos un salto importante. Ahora estamos en diez ciudades españolas, aunque nos gustaría tener una mayor presencia en Andalucía.
¿Qué aporta Esco Eficiencia que no tenga la competencia?
Fuera de España hay bastante competencia. El modelo de Esco tiene mucha influencia en el resto del mundo. En España muchos sectores han adaptado conceptos asociados, como la eficiencia energética, pero en muchos casos lo han vendido como argumento de venta, sin hacer eficiencia energética como tal. En general tenemos poca competencia y muy deslocalizada. Nuestra principal diferencia es que ofrecemos soluciones integrales en un abanico muy amplio, mientras que el resto de empresas se suelen centrar solo en una energía.
¿Cómo está evolucionando vuestra empresa tras la entrada en La Farola?
La Farola es un ámbito donde lo digital tiene una gran repercusión. Queremos trabajar en el área de comunicación digital, porque tenemos una problemática con el nombre por el que nos buscan, como podría ser ‘ahorro de energía’. Ese vacío es en el que nos gustaría trabajar durante nuestra estancia aquí. Somos una empresa con cierto rodaje que no tiene problemas para conseguir clientes o financiación, pero sí a la hora de posicionarnos y de gestionar nuestra comunicación.
¿Estáis notando ya los beneficios de trabajar en un espacio de crowdworking?
Quizás es pronto para decirlo, pero hasta el momento Andalucía Open Future sí que ha conseguido una cosa muy interesante: revolvernos, sacarnos de nuestra dinámica y hacer que nos paremos a pensar. Nos ha servido para plantearnos si realmente estamos en el camino que teníamos marcado y si este camino es el correcto. El equipo de personas es, además, brutal, con un perfil interesantísimo. Nos encanta formar parte de esta experiencia, rodeados de gente que tiene otras perspectivas a la hora de enfocar los productos y de trabajar.
