Cuatro años buscando la mejora continua y la excelencia

Dicen que el tiempo vuela y, de hecho, vuela aún más cuando vives en una aceleradora.

Ya han pasado cuatro años desde que se inauguró El Cubo en Sevilla, el primer centro de crowdworking que se abrió dentro de la iniciativa Andalucía Open Future y, en este tiempo, la familia de espacios ha aumentado hasta 4 con la incorporación de Málaga, Almería y Córdoba.

Son cuatro años de mucho trabajo, análisis y mejora continua. En este tiempo, más de 60 startups han pasado por El Cubo y muchas de ellas siguen funcionando a pesar de los riesgos tecnológicos, financieros y los propios del mercado.

Cuando en la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio pensaron que podía sumarme a la aventura de El Cubo y trabajar en este proyecto, nunca pensé que mi vida iba a cambiar tanto y que, además, iba a poder ser parte de algo que podía sumar al ecosistema local y contribuir a cambiar las cosas.

Arrancar con un folio en blanco

Todos los grandes retos empiezan de la misma forma: un enunciado difuso y un folio en blanco para escribir.

Los inicios de El Cubo no se alejaron mucho de esto. Íbamos a apoyar startups tecnológicas y queríamos ser una aceleradora de referencia; ahora había que encontrar el modelo adecuado.

Lo bueno de un proyecto de colaboración es que todos podemos aportar nuestro conocimiento y experiencia.

Nacho, que viene de Telefónica, conocía Wayra y la estructura de Open Future de Telefónica. Yo había trabajado en un programa de apoyo a emprendedores de la Consejería y, además, conocía el mundo de las aceleradoras y startups a través de mi faceta como blogger de tecnología (desde 2011 a 2014, precisamente, escribía sobre el ecosistema de startups de España y Latinoamérica).

¿Qué salió de este mix? Básicamente, el germen de lo que hoy es El Cubo y también el programa de aceleración de Andalucía Open Future:

  • Propuesta de valor basada en servicios que de verdad sirviesen para impulsar las empresas: apoyo, contactos, visibilidad en eventos, etc.
  • No queríamos ser un programa más basado en formación generalista, había que ser capaz de diseñar “un traje a medida” para las empresas y trabajar con ellas de manera personalizada
  • Había que conectarse con el ecosistema local. El ecosistema no es de nadie, es de todos y había que integrarse en él
  • En Sevilla hay empresas y emprendedores de referencia que pueden ejercer de “hermanos mayores” y ayudar a la siguiente generación, había que potenciar ese capital relacional y poner en valor aprendizajes y fracasos que sirviesen de guía al resto
  • Una buena idea de negocio, hasta el momento, se tenía que marchar a Madrid, Barcelona o Valencia si quería desarrollarse y no todas podían hacerlo. Nuestra misión era aportarles una alternativa de calidad y cercana
  • Cada entidad (Telefónica y la Junta de Andalucía) tenía que articular a través del programa sus instrumentos de apoyo a empresas y convertir El Cubo en una “ventanilla única” para acceder a estos recursos

El reto, sin duda, era interesante. Básicamente, estábamos trasladando a Sevilla una manera de trabajar que se daba en aceleradoras como Y-Combinator, Plug&Play o Wayra; es decir, había que subir el listón y cubrir un vacío que se estaba dando en Sevilla y, por supuesto, en Huelva, en Córdoba o Cádiz.

Y si bien nuestra propuesta de valor encaja con estos principios, este camino ha requerido su esfuerzo y su trabajo.

 

Juan Jesus Velasco El Cubo

Sin equipo no vas a ningún sitio…

Cuando uno escribe los “principios fundacionales” de un proyecto y los “jefes” los validan, el siguiente paso es pasar a la acción y ponerlo en marcha.

Un programa como el de Y-Combinator funciona gracias a la generosidad de emprendedores que colaboran con la aceleradora y ayudan a otros emprendedores. Por tanto, el primer paso de El Cubo era empezar a configurar ese “dream team” que iba a ayudar a las empresas que pasarían por nuestro programa.

Un programa de aceleración funciona por las personas que hay en él: quiénes gestionan el espacio, con quién voy a trabajar y, por supuesto, quiénes son mis compañeros.

Aquí es donde empezó a entrar en juego la agenda; sí digo bien, literalmente la agenda del móvil y, por supuesto, Twitter y LinkedIn. Nuestros “mentores decanos”, es decir, los más antiguos y que están con nosotros desde 2014, llegaron al programa a través de la agenda, retomando el contacto tras haber coincidido con ellos en algún evento (como Startup Weekend Sevilla) o, directamente, porque nos conocíamos a través de Twitter (pero no en persona).

Así es como llegaron a El Cubo Rubén Vázquez (nos conocíamos de Twitter y era el asesor legal de Javi Padilla en sus empresas de Internet por aquel entonces), Javier Padilla (le entrevisté en 2013 para Hipertextual hablando de Moodyo y su periplo por el TechCrunch Disrupt), José Luis Antúnez (cofundador de EBE y mentor por aquel entonces en Plug&Play en Valencia), Miguel Macías (impartió una máster class en Startup Weekend Sevilla 2013) que nos presentó también a otra persona clave como Álvaro Pareja, Pilo Martín (también de Startup Weekend Sevilla 2013), el equipo de Montero-Aramburu (nos conocimos en EBE 2014)…

Con un manual de trabajo aún por escribir, empezamos a caminar (y a correr) en el programa con este primer equipo. Teníamos claro que todas las empresas debían sentar una bases claras de su negocio, había que poner el foco en conocer al cliente y armar una propuesta de valor y las empresas debían tomarse en serio los aspectos legales del negocio.

Además, tomamos de Wayra el peer review como instrumento de seguimiento quincenal de las startups para que nos sirviese de complemento al seguimiento cercano y el reporte de los mentores.

El peer review también es el lugar en el que adquirir compromisos (objetivos), reportar qué se ha hecho y, desde el primer momento, fue el sitio en el que realizar anuncios y premiar los esfuerzos (implantando así el sistema de “meritocracia” que es necesario para mantener el ritmo del programa).

Esta manera de trabajar, y sus resultados, fueron posibilitando que nuestros mentores fueran acercando a nuevos mentores, se nos acercaran otros emprendedores para sumarse al proyecto como mentores e, incluso, fundadores de startups que han pasado por El Cubo se han unido también al equipo como mentores.

Una aceleradora también es una startup: recoge el feedback de tu cliente e intégralo en lo que haces

De la misma manera que una startup hace validaciones y recoge el feedback de los clientes y el mercado, una aceleradora debe hacer lo mismo.

Siempre hay un gap entre lo que pones en el papel y lo que pasa en la realidad. Hay reacciones que no esperas, hay cosas que no funcionan al 100% como esperas y, por supuesto, también te equivocas en un planteamiento.

Por tanto, como aceleradora-startup, se prueban cosas que si se validan positivamente se mantienen y, en caso contrario, se eliminan o se replantean.

Aquí es donde entran en juego las reuniones en el ecuador del programa, las encuestas de valoración (donde se evalúa el programa y al equipo), el feedback informal, los comentarios del peer review….

Hay una frase que se atribuye a Peter Drucker que, en realidad, es de Lord Kelvin que dice “lo que no se mide no se puede mejorar” (concretamente, la frase exacta es: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”) y esto es clave en la gestión de un programa de aceleración.

¿El motivo? Tu propuesta de valor y tus servicios deben estar alineados con las expectativas que tienen las startups. Tu misión es contribuir a que su negocio se desarrolle, el equipo sea más sólido y su empresa crezca; todo lo que no contribuya a eso es “grasa” que no ayuda a las empresas.

 

Juan Jesús Velasco en El Cubo

 

Además de medir, aprendimos de nuestras startups a organizar mejor las visitas institucionales que recibíamos, a coordinar mejor las agendas, a reforzar ciertas áreas de mentorización (producto, marketing online, comunicación o finanzas), a reforzar los contactos con potenciales clientes de las startups que aceleramos, a reforzar los vínculos con inversores…

Esta escucha activa te permite aspirar a subir el nivel del servicio en cada edición, eso es la mejor continua y la mejor manera de llevarla a cabo es creer en ella y aplicarla de verdad.

Por eso hoy podemos decir que contamos con un manual de aceleración y una metodología que se aplica en todos los espacios y, realmente, hay una marca “Andalucía Open Future” y una marca “El Cubo” que distingue a nuestras startups.

Si aportas al ecosistema, el ecosistema también te aportará cosas a ti

TechStars tiene un lema muy sencillo y también potente: “Give first”, es decir, lo primero es dar y es un lema que encaja perfectamente con la filosofía que tomamos desde el inicio.

Siempre hemos visto El Cubo con dos misiones u objetivos:

  • Desarrollar un programa de aceleración de startups tecnológicas
  • Aportar al ecosistema un espacio de encuentro con contenidos diferenciales y servicios a la comunidad de emprendedores de la ciudad

Esta segunda línea de actividad también ha evolucionado con el paso del tiempo y se apoya en 4 líneas de trabajo claras:

  • Encuentros con emprendedores de referencia, un espacio que llamamos “Charlas al Cubo” y por el que han pasado founders como Bernardo Quintero (VirusTotal), Pilar Manchón (Indisys y ahora en Amazon), Juan Martínez Barea (UniversalDX)…
  • Conferencias y mesas redondas con contenido diferencial al que ya se encuentra en la agenda local: mesas sobre financiación, sectoriales, conferencias, etc.
  • Open Day, una tarde al mes que la dedicamos a atender a startups y emprendedores de nuestro área de influencia para que conozcan cómo trabajamos y puedan tener sesiones individuales con nuestros mentores que les sirvan de apoyo para impulsar sus ideas de negocio
  • Ofrecer nuestro espacio a comunidades que ya tienen eventos (WordPress Sevilla, BetaBeers Sevilla…) y puedan contar con nuestras instalaciones

Si a esto le sumamos nuestra colaboración con el resto de entidades de la ciudad participando en sus eventos, apoyando la difusión de sus convocatorias, sirviendo de “siguiente paso” para empresas que salen de programas de incubación que existen en la ciudad o participando en sus jurados de selección, El Cubo en estos 4 años ha mostrado siempre buena predisposición a colaborar y a sumar al ecosistema.

Esta filosofía de “Give first” nos permite estar presentes como mentores o jurado en Startup Weekend Sevilla o Ideas Factory de la Universidad de Sevilla, participar como coorganizadores en eventos que se mueven por los distintos espacios de la ciudad (Lean Startup Conference Sevilla) e, incluso, formar parte de la organización de eventos transversales del ecosistema como el reciente Startup Week Sevilla.

¿Y qué nos aporta el ecosistema? La respuesta es bastante sencilla, nos hace conectar con nuestro cliente potencial, nos permite conocer startups que son susceptibles de presentar su candidatura a nuestras convocatorias y, por supuesto, percibimos un ecosistema más fuerte y activo cada vez (y esto es suma de todos los esfuerzos de todos los que trabajan en la ciudad con este objetivo).

 

Juan Jesus Velasco El Cubo

 

El Cubo también te aporta cosas…

No podía terminar este repaso a estos 4 años de mejora continua y búsqueda de la excelencia con una reflexión personal.

El trabajo intenso también tiene su impacto personal, también te aporta cosas y te permite mejorar y desarrollarte, tanto personal como profesionalmente.

Desde un punto de vista profesional, me ha permitido conocer y trabajar con otros profesionales que, hasta el momento, quedaban fuera de mi radar profesional. Si te rodeas de un equipo top, el aprendizaje está asegurado.

Si no hubiese aterrizado en El Cubo, seguramente, no me hubiese planteado rescatar una idea a la que llevaba dando vueltas tiempo pero que, al final, quedaba aparcada en un cajón… cursar un MBA y, bueno, al final lo cursé y, en gran medida, rescatar la idea del cajón surgió en una conversación en El Cubo con uno de los mentores…

Cada empresa que entra en El Cubo es un reto del que aprendes muchas cosas, tanto buenas como malas y eso te permite mejorar para la siguiente convocatoria y así sucesivamente.

Son 8 meses intensos trabajando con los equipos y eso, al final, une y prueba de ello es la amistad que persiste con muchos de los fundadores de las startups que hemos acelerado.

También gracias al trabajo en El Cubo he podido conectar con profesionales de otras aceleradoras a nivel nacional (Lanzadera, Plug&Play, Impact…), con agentes del ecosistema local y, por supuesto, con inversores nacionales e internacionales; profesionales de los que también aprendes muchas cosas.

No hay muchos sitios en los que, cada día, tu actividad te permita saltar entre 10-12 negocios innovadores cada día, trabajar con emprendedores, trabajar con profesionales con ganas de aprender y ayudar o conectar con ecosistemas tan incipientes como el que tenemos a nuestro alrededor.

Al final, 4 años de Cubo te dejan huella y espero que también hayan dejado huella en las empresas que han pasado por el programa, por las que pasan por nuestros Open Days, por los mentores que forman parte de la familia de El Cubo y, por supuesto, también en el ecosistema.

 

Juan Jesús Velasco
Codirector del espacio de crowdworking El Cubo. AOF

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