Hay lugares que marcan un antes y un después en la historia de una empresa. Para Ubora, uno de los referentes actuales en ingeniería de instalaciones en la Costa del Sol, ese lugar fue La Farola, la incubadora de empresas de Telefónica en Málaga.
Lo que hoy es una compañía consolidada, con sede en el Parque Tecnológico de Andalucía y más de 500 clientes satisfechos, comenzó siendo apenas una idea: Sun and Green, un proyecto sin clientes, sin logo, sin web… pero con mucha ilusión. Seleccionado para participar en el programa de aceleración de La Farola, su fundador, Carlos, aún no sabía que esa sería la primera maceta donde germinaría Ubora.
Fueron nueve meses de incubación, marcados por la formación intensiva, el acompañamiento de mentores y, en medio de todo, una pandemia global. Pero ese entorno propicio sirvió como catalizador. Allí el equipo creció, se reformuló la estrategia y se apostó por una identidad más clara y firme: nació Ubora.
Justo antes de salir del programa, Carlos barajaba la posibilidad de aplicar a otra aceleradora. Pero uno de sus mentores le dio un consejo que cambiaría su rumbo:
“Déjate de aceleradoras. Haz una lista de todos tus posibles clientes… y ponte a vender.”
Ese fue el punto de inflexión. De ahí en adelante, Ubora comenzó su andadura comercial con paso firme, enfocándose desde el primer día en la excelencia técnica, el trato personalizado y el uso de tecnología de vanguardia. En domótica, trabaja con marcas como Schneider y ABB; en aerotermia, con Samsung; y en fotovoltaica, con paneles de alta eficiencia como los de SunPower y Solarwatt.
Ubora ha llevado a cabo proyectos en algunas de las residencias más exclusivas de España, como las ubicadas en La Zagaleta, además de colaborar con industrias de renombre como Winterhalter, Airzone, Grupo Sinerva y diversas entidades del PTA. Hoy, es una de las empresas más valoradas en el sector de la eficiencia energética y la automatización.
Aun así, desde la dirección de Ubora no olvidan sus orígenes. La Farola fue ese primer espacio que les brindó la luz, el calor y el entorno necesario para crecer. “Fue nuestra primera maceta”, recuerdan, “el lugar al que siempre volvemos con cariño, porque ahí empezó todo.”
Ubora continúa mirando al futuro con nuevos proyectos, con la misma filosofía que la vio nacer: hacer las cosas bien, con sentido, con propósito.