El chef visita El Cable, el espacio de crowdworking de la iniciativa Andalucía Open Future en Almería, para conocer a los emprendedores y sus proyectos y compartir su experiencia con ellos.
Ferran Adrià es mundialmente conocido y aclamado por su faceta como chef y emprendedor, que le ha reportado esa fama universal y una reputación al alcance de pocas personalidades de su talla. Su experiencia en el sector, sus creaciones y, sobre todo, sus innovaciones en el mundo de la alta cocina le han llevado a lo más alto de los fogones.
Pero menos conocido es su recorrido como conferenciante, profesor y alentador de profesionales. Sus tablas en la creación de empresas y en investigación orientada al negocio hacen de Adrià un consultor excepcional. Bien han podido comprobarlo los emprendedores almerienses que aceleran sus proyectos en El Cable, el espacio de aceleración de Andalucía Open Future impulsado por Telefónica, la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta de Andalucía en colaboración con el Ayuntamiento de Almería.
El embajador de Telefónica ha estado en el centro de crowdworking de Almería, donde ha tenido la ocasión de conocer diferentes proyectos innovadores, interesarse por el estado de las startups y charlar con los equipos, que han exprimido al máximo la visita del embajador del chef.
Según tu experiencia, ¿qué es lo más importante a la hora de emprender?
Por mi experiencia, la primera idea es comprender qué es emprender. Si no se comprende, la gente se lanza a la piscina y dura poquísimo porque no sabe nadar. Comprender y tener una cierta actitud de aprender continuamente.
Si nunca has montado una empresa, debes ir a expertos y contar con gente que te ayude con esa experiencia de haber montado una.
Eres una referencia a nivel mundial. ¿Qué puedes contarle a estos emprendedores que empiezan ahora a cargar sus mochilas de experiencia? ¿Cuál es el consejo más útil que crees que puedes darle?
Los consejos nunca son buenos porque los hechos solo sirven para uno mismo. Pero seguramente la paciencia es lo que menos se suele tener y es algo imprescindible. Es un error que quieras ser Zuckerberg en dos años; si ponemos el ejemplo de Facebook, ya son 16 años. Pasa lo mismo con Google, o si hablamos de Telefónica, que son más de 100 años. Hay que tener paciencia.
¿Hay un solo camino hacia el éxito?
No, para nada. Cada proyecto, de cada empresa, de cada lugar, de cada sector es diferente. Veríamos miles y miles de ejemplos con hechos diferentes. No es lo mismo montar un restaurante en un pueblecito de Ruanda que en Nueva York, y ambos son restaurantes. Hay tantas y tantas variables… si no, sería muy fácil: habría fórmulas perfectas y se harían, y no pasaría que el 50% de las pymes no duran más de 5 años.
Tienes la capacidad de reinventarte continuamente, y a tus dotes de chef podemos sumarle un sinfín de atributos como la ciencia, la creatividad o la capacidad para compartir conocimiento. ¿Crees que es necesario esa diversificación para afrontar un negocio?
Ver la vida de diferentes maneras siempre ayuda. Sobre todo cuando hablas de adaptarte continuamente a lo que está pasando en tu sector. Es importante pensar como un artista, como un científico, como un literato… te va a ayudar sin ninguna duda cuando se presenten cambios y eso es fantástico. El abc es evidente, el problema es cuando estás enterrado en tu mundo.
También podría pasar que no te hiciera falta. A un investigador científico de la gripe no le interesará mucho el perfil de artista. Aunque yo te digo que sí, y creo que está muy bien y es fantástico tener una relación interdisciplinar, holística y con sinergias entre todas estas capacidades.
¿Qué importancia tiene para un emprendedor la innovación?
Es importante, pero no hay que obsesionarse, hay una cierta obsesión con todo esto. Si montamos un negocio, primero hay que ganar dinero, y normalmente se gana dinero con calidad. Antes de montar el negocio hay que tener claras las necesidades del mismo, porque si cuando lo montas, ya está muerto, es que el proyecto no está bien enfocado, y esto puede deberse, por ejemplo, a que no se hace un estudio de mercado, no analizamos, etc. Cuando esto se hace, estamos dando calidad. Y con esto, en principio, hay una gran parte de éxito.
Además, también con eficiencia. Si tengo pocos recursos, lo voy a hacer lo mejor posible para obtener resultados. Con este segundo paso, casi casi tienes el éxito asegurado. Además, la mayoría de veces te adaptas a la evolución que tiene tu sector. Si yo tengo un restaurante o un bar de tapas y ahora lo que toca es que tengo que tener cervezas artesanales en estos sitios, pues lo pongo. Esto es fácil y esto no es innovación. Estoy adaptando modelos que a alguien se le ocurrió, lo hago y me voy adaptando continuamente a la evolución.
Siempre te hace falta una actitud innovadora. ¿Cuál es el problema? Que si yo soy periodista o soy un empresario del periodismo, a finales de los años 90 hay una ola del mundo online que cambia mi negocio. Aquí sí que no me vale la adaptación evolutiva, que es lo que han hecho todos los medios. Esto hizo que muchos medios tuvieran que cerrarse, crisis total. Hacía falta un tema disruptivo porque especializarse ya existía.
Al New York Times le costó, le costó y le costó. Ahora por fin, lo han conseguido. ¿Por qué han apostado? Por la calidad. Tienen a más de 1.450 personas trabajando y hacen 250 noticias en la web diariamente con cuatro personas para una sola noticia. Y esto es una brutalidad. Apostó por la calidad y parece que le está saliendo muy bien, están ganando mucho dinero.
En un medio español, como no es un medio mundial y solo se dirige a un público que hable castellano, que es una parte mucho más pequeña, hace falta ser disruptivo. Y solo puede haber un disruptivo, dos como mucho, y después ya entrarán todos los demás. El tema es que hasta ahora, nadie que sepamos, exceptuando los medios especializados, ha hecho nada verdaderamente disruptivo. Lo que están haciendo hasta ahora no es disruptivo, es calidad, han apostado por la calidad y también por la eficiencia.
Esto ha pasado también en la banca, donde todo es online, o en una empresa como Telefónica, donde el problema es que tenemos muchos proyectos, es una empresa formada por muchas empresas donde es difícil saber por dónde atacar. O fíjate en Amazon.
Esto no pasa en mi sector, donde no hace falta ser disruptivo. En algunos sectores no hay que ser disruptivos, hay que ser lógicos. Como si pensáramos hacer un museo de arte contemporáneo en Almería o en Rosas. ¿Cómo vas a luchar contra el Moma? Un turista que viene aquí no viene para eso. Esto es un mal planteamiento desde el principio. Sin embargo, si planteamos un museo de las hortalizas y no hay ninguno en el mundo, al menos ya juegas con ventaja.
¿Qué porcentaje de pasión lleva la creación de una startup?
Cuando son tuyas las cosas siempre tienes pasión. La persona que cuando estaba trabajando en una empresa, que decía a las 6 se iba a su casa y que el sábado es sagrado, es la misma que, en su empresa, no tiene horas.