Propósitos del nuevo curso para emprendedores

Hay consejos para todos los gustos. Empezar poco a poco, establecerse una rutina de forma paulatina, marcarse objetivos de toda índole, multiplicar por mil la productividad que tanto bajó en las últimas semanas antes del verano… Cualquier motivo es buena excusa para mejorar y crecer. Los emprendedores son especialmente sensibles a estos propósitos para el nuevo curso que, lejos de ser negativos, nos ayudan a entrar con buen pie y empezar a coger ritmo en un siempre duro septiembre. Allá vamos.

No entraremos en aquellos retos personales en los que pensamos ya a finales de agosto, como comer mejor, hacer más deporte o aprender un idioma ─aunque sabemos de la influencia que tienen en la vida laboral los cambios que hacemos en la vida personal─, sino en los potenciales propósitos profesionales que son realizables y muy beneficiosos para los emprendedores.

Mejora tu entorno: no se trata tanto de donar dinero a una ONG como de facilitar y suavizar las relaciones con todos aquellos profesionales con los que tratamos a diario. Ser empático y tener un trato amable nos ayudará a aliviar el estrés, a relativizar las preocupaciones y a saber gestionar mucho mejor las relaciones humanas y laborales, en pos de la productividad. Llegar después de unas vacaciones nos puede ayudar en este sentido: con los pies en la tierra, lo ideal es que la energía que tenemos al volver no caduque y se diluya en la primera semana, sino que perdure en el tiempo. Las vacaciones pueden ser un buen punto de inflexión para mejorar la actitud con compañeros, trabajadores, socios o clientes. Pongamos a cero el cuentakilómetros.

Gestiona bien las herramientas de comunicación: el email y el teléfono son dos herramientas poderosísimas pero igualmente perjudiciales si no sabemos organizarnos y gestionarlas con destreza. Después del merecido descanso, en el que probablemente hayamos hecho un uso excesivo del móvil para nuestro ocio y divertimento, hemos de saber desintoxicarnos y dedicarle el tiempo justo a su uso. Volver y concentrarse en tareas específicas puede ser un camino pedregoso, pero es la mejor forma de optimizar nuestra productividad y mejorar la creatividad.

Probablemente, por otra parte, nos encontremos la bandeja de entrada de nuestro correo llena de emails sin responder y quehaceres variopintos. Lo mejor es que nos tomemos un tiempo para dejar la bandeja a cero, y que no se nos haga una tarea que esté eternamente por terminar. Concentración y ritmo son las dos claves para gestionar bien los canales de comunicación.

Despójate de todo lo que pese: es un buen momento para cerciorarnos de que todo lo que hacemos y tenemos en nuestro proyecto empresarial es realmente útil, nos reporta beneficios y nos ayuda a cumplir nuestros objetivos. Saber desprendernos de los costes adicionales a veces es difícil por seguir con la costumbre, pero hemos de saber cambiar nuestra propia estructura en momentos puntuales para seguir creciendo en la buena dirección. Nuestra organización ha de ser lo más flexible posible y debemos mantener siempre una cuenta de resultados positiva.

Retoma la innovación: puede que la época estival nos transforme un poco la visión de los negocios y de nuestra propia empresa. Vemos cómo funcionan otras iniciativas, hacemos una introspección de nuestra idea, minimizamos éxitos y maximizamos errores, y creemos descubrir el Santo Grial porque alguien lo está haciendo mejor y se está forrando. Una empresa es mucho más que tener éxito momentáneo, y todo el trabajo que se ha desarrollado seguro que tiene sentido.

Innovar de forma constante debería ser casi una obligación, pero la prudencia es un arma de la que no podemos prescindir en ningún momento. Si pensamos que a nuestro negocio le falta ese punto de innovación, podemos contar con especialistas que nos ayuden a dilucidar cuál es el mejor camino para reincorporarnos a la línea adecuada. Respiramos hondo y seguimos.

Actualízate ahora: el topicazo del verano y la Navidad es prometerse hacer cursos para ampliar el conocimiento, para mejorar capacidades profesionales, para renovar certificaciones, poner a punto nuestro perfil de LinkedIn y aprender de una vez a manejar Twitter. Ok, pues vamos a hacerlo. No nos sirve esperar a la segunda semana de septiembre porque, quizás, sea demasiado tarde. Renovémoslo todo y afrontemos los días que vienen con otros colores, otra perspectiva, una nueva fase de orden mental que nos ayude a mantenernos alerta.

Pon el foco: no podemos perder nuestros objetivos de vista, y volver de las vacaciones parece un excelente momento para tomar conciencia de ellos de nuevo, y hacer un repaso de nuestra hoja de ruta. A partir de aquí, nos enfocamos y volvemos a insuflarle a nuestro proyecto el aliento que necesita. La estrategia empresarial no es inamovible, ni mucho menos. Revisémosla de principio a fin, valoremos todo lo que en su día redactamos y evaluemos cómo afrontar el próximo curso.

Busca y encuentra nuevos clientes y sinergias: es hora de atacar a nuevos mercados, de posicionarse y dar un paso adelante. También es una buena ocasión para aproximarnos a otras empresas y profesionales con los que podamos llegar a acuerdos y llevar a cabo proyectos en común. ¡Todos llegamos con las pilas recargadas!

Aprovecha cada conversación y oportunidad: el networking es más que una charla casual, un momento distendido. Cada persona con la que nos cruzamos puede suponer una buena oportunidad para aprender, crear sinergias o mejorar nuestra cartera de contactos. Cada charla a la que asistimos, cada reunión, cada intercambio de opiniones va a construir nuestro conocimiento que, a su vez, va a ayudar a nuestra experiencia futura. ¡A por todos los momentos!

En las conversaciones no solo vamos a escuchar comentarios positivos. Es además tiempo de acoger y aceptar las críticas, asumirlas y hacerles frente. No hacemos oídos sordos a las evidencias.

Si después del verano tus buenas intenciones te delatan, déjate empapar por el impulso del nuevo curso y haz caso omiso a las voces derrotistas que consideran que los nuevos propósitos solo se quedan en eso. Tres, dos uno… ¡a por el nuevo curso!

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